La Hermanda de Los Vampiros
ando a través de agua. Tuvo la sensación de que aquel cansancio no era debido únicamente al tiempo. Durante las últimas semanas no había dormido muy bien, y sospechaba que se hallaba
l con Dick y los chicos grandes, siempre inmersa en la misma rutina: levantars
sus sueños mientras dormía. No había nada que la retuviese en la ciudad salvo la costumbre. No había hablado con ninguno de sus padres adoptivos durante varios años, así que no la echarían de menos. Y los nuevos amigos que te
e ella. Miró a su alrededor. Estaba alejándose de los bares en dirección al largo tramo de edificios vacíos que había antes
más grande mientras adaptaba su paso
dad universitaria en vacaciones de verano, pero no quería correr ning
scó en su bolso su
vo el mismo muchacho-. Mi coche no está lejos. En serio
arla melosa fuera a llevarla a la cama instantáneamente. El compinche
o el rubio. Maldición,
ido. Un verdadero producto americano. Cuando él le sonrió, ella aceleró el paso, concentrándose en el tenue brillo de neón del cartel del restaurante chin
nombre? -preguntó e
con fuerza. Había olvidado
para ti. Déjame pensar...
soltó u
có su móvil, por si ne
calma. Manté
viera rodeada por la ráfaga de aire acondicionado. Quizá debía esperar y l
el producto americano-
s manzan