La Hermanda de Los Vampiros
la mierda. Por lo que a él concernía, solo había dos buenas posturas para u
O lo habría sido, si Wrath le
a sí mismo por marcharse de allí, pero simplemente no era la clase de macho que ayudara a cualquier pobre mestizo a sop
cerlo. Ni si
da, y Wrath se tambaleó ante la fuerza de semejant
mas, hazle un favo
sí mismo de la corteza cerebral de todos los humanos que había en el lugar. Los m
asó junto a una mujer que le hacía una mamada a un sujeto entre las sombras. A escasos metros, un vagab
an y quién era. El dulce olor a talc
en. La estrella arrojadiza de acero inoxidable se acomodaba perfectamente a
idamente en la oscuridad. Estaba ansioso por pelear después de dejar plantado a Da
a precisamente lo que necesit
, su corazón latía pausadamente, los músculos de sus brazos y muslos se contrajeron. Percibió el ruido de
e con un destello plateado comenzó a trazar un arco mortífero. Acertó al restrictor exactamente en el cuello, cercenándole la
el cuello con ambas ma
ó los bolsillos y se guardó la c
rizado y el ataque relativamente torpe, se trataba de un novato. Con un rápido empujón, puso al restrictor boca arriba, arrojó el cuchillo al aire, y afer
l restrictor se desinteg
deslizó dentro de la funda y se puso de pie, miran
l estilo gótico se aproximó a él, buscando una oportunidad d
vampiro que se precie, él podía desmaterializarse a voluntad y atravesar grandes distancias, pero era un
egante siempre era
cielo empezaron a caer gotas de lluvia, ma
sus pensamientos, Darius introdujo la llave en el contacto y la hizo girar. El encendido hizo un sonido ronco. Giró la llave de nuevo, y en el instante en que escuchó un rítmico tictac, tuvo una terrible premonición. La bomba, qu