La Hermanda de Los Vampiros
Y la idea de que un vampiro como D sufriera de soledad era absurda. Wrath percibió a Marissa antes de que entrara en la habitación. El aroma del océano, una limpia brisa, la pre
po hacia él, sintió devoción e inquietud
or -dij
la espalda. Sabía que se había vestido para complacerlo, y deseó en lo más íntimo de su ser que no se hubiera esforzado tanto. Se quitó la c
n su grosor, uno de sus hombros crujió debido al esfuerzo. Si pudieran verlo ahora. Su escuálido cuerpo se había transformado en el de un frío asesino. Tal vez sea mejor que estén muertos, pensó. No
rte. Pero no pue
dirigió
sitas, y
inó hasta el sillón. Se sentó y esperó, rechinando los dientes. ¿Durante cuánto tiempo habían hecho aquello? Siglos. Pero Marissa siempre necesitaba algún tiempo para poder aproximársele. Si hubiera sido otra, su paciencia se habría agotado de inmediato, pero con ella era un poco más
y. Su líder, que carecía de la voluntad de liderar. Sí, era un maldito inconveniente. Permanecía alejado de ella a menos que necesitara alimentarse, lo cual no sucedía con frecuencia debido a su linaje. La hembra nunca sabía dónde estaba él, o qué estaba haciendo. Pa