Sentimiento de una Cuarentena
ERA
L
na sola palabra. ¿Qué
ese
na cuando un policía me tomo para detenerme, mis manos aterrizaron en la sangre de mi abuelito y Luis no tardó en sujetarme con sus brazos. Estaba llora
amé con el coraz
sas de llorar y me sentí muy sola de repente. Una
o ya, no sufrirá más-me dijo el señor
intentar ser fuerte? ¿Dónde estaba la mujer pod
*
vivir y tan poco tiempo que nos queda. Luís ha estado conmigo desde su muerte. Don Pedro quería que se le cremará cuando el falleciera y eso fue lo que hicimos. Nos entrega
Y lamento más que sea e
ganizar una ceremonia para
mundo ya está muy podrido como par
las cenizas de Don Pedro en la biblioteca de la casa, pusimos la cajita sobre un hueco en el librero. ¡Ese sería su lugar!
ambre?-preg
ú tienes
a podido alimentarme de una buena manera, como si el duelo me impidiera llevar
aron alitas en el congelador
ente de que es lo quieres en esta vida? ¿Que co
*
as
s, no salía de mi habitación. Tenía la costumbre de mirar por la ventana todas las noches antes de que la noche se convirtiera en una maldita depravación y si existía la oportunidad, prefería tomar el fresco de la noche mientras él arreglaba las cuentas con ella. La puerta de mi habitación se abría, caminaba hasta mi. Siempre
*
ese
a llamado? -p
alitas de pollo que él mismo había preparado con
o contestarle!
parecía estar per
sto ahí -me dijo señalando con s
rado! Regino estaba afuera, podíamos verlo a través del enorme cristal de los ventanales de la e
rees que
Ha venido por ti es
quedar frente a nosotros. ¿Que sentía
stás? -me
estado
sa señor! -in
sentarse con nosotros. De pronto parecía como si no supiéram
o de don Pedro! Es
ya no siente nad
yer -añadió-,
os días desde la última vez que no vimos en su
es lo q
pasará con mi vida? ¿
Si
ida, continuar, pasar página iniciar un ciclo nuevo. ¡Y tratar de ser muy opt
ida". ¿Eso me quedaba? ¿Buscar hasta encontrar
Ya
e es lo
rte y muy decidida. ¡M
rminar de decir su
rar, calmé mi respiración y me obligue a contenerlo todo. Don Pedro me había dicho que no
siento así, entonces su visión acerca de mí sería mu
ó sus
Fue un gran lan
lo vea -hice una pausa-. ¿
arregló la corbata
eremos la excepción. La fase tres comenzará ya, estamos a punto de llegar al semáforo rojo en contagios y vengo con la inten
leno de confusión emocional. Aún no había podido arreglar el desastre de su asesinato y las noches no eran lo suficientemente profun
o no
ea! ¡Vete Ivin! -m
una realidad entonces. Luis estaba interfiriendo en mi
sco y debo arreglarlo sola. N
ros tirados, la ausencia del charco de sangre, papeles, vidrios rotos y él ya no era más. ¡Eso era lo único que no había podido arreglar en esta casa! Me
stás haciendo? -Lu
Vet
conmigo, deja eso Ivin. ¡Y
árga
ame! -ex
lor. Esta vida me dolía a todo fuego. Luís intento ac
rregle el rostro, detu
mpre tendrás que h
me ves llorar, estás
enteraron de mi situación. Prácticamente soy como una hué
todo est
bijada, casi me derrumbó de forma completa pero mi dure
tarían bien la
forzar para que se ponga bien! -dije refiriéndome
en en casa de Regino. Yo estaré
leva
verme. ¿Que decisión tomaría al respecto? Parecía que este
s cosas. Decidí qu
alma sentirse segura de la vida. Me ofreció trabajo, cuidado, techo, alimento y una familia. Ahora todo lo que tenía eran simpl
cuaderno, mis pinceles y un estuche de pinturas que don Pedro me había regalado. Cerré la mochila y antes de irme d
lor de colores entre el oro y la plata. ¿Que era aquel detalle? La tomé con cuidado. Era un broche para el cabello, era aquel broche que seguramente había dejado en mi anterior vida, un recuerdo muy vag
hasta aquí?
ís observándome desde
ya e
a solas antes de que te
ron observando la peineta
vo? Se ve muy bie
o al b
Él me
erdad de mis
*
e a Luís que fuera de vez en cuando a dar un vistazo a la cafetería si era que él
mportancia de ser precavidos. En la caseta de vigilancia del fraccionamiento revisaban la temperatura del chófer y preguntaban por los demás pasajeros. L
preguntó-. ¿O quieres ve
hará
ue contestar algunas llamadas de trabajo. Y quisiera dormir te
sa l
iera ver la habitac
ninguna habitación, siéntete en confianza. La habi
s por tra
de música y un grupo de personas gritando y bebiendo. Seguimos caminando por un pasillo que conducía a un gran balcón, nos
s tu hab
casa de don Pedro. Una cama kingsize para mí sólita, suelo alfombrado, el bañó bie
ara que bajes a cenar cuando esté puesta la
Gracias por su
o dentro de una tina y con un jabón con aroma a no se que cosa, pero olía bastante bien. Puse música de Selena Gómez,
r comenzó
al? -pregu
Nada fuera
ue h
alando en mi nu
vivir ahí,
ado. Tu casa es mejor que e
nes ve
balcón
ue c
orteño me hi
nos lo chillona
eí
cena
ronto. ¿Tú
de mi boleto pa
pre si
s planes del viaje y me soli
nre
ndo te
a las 6 de
. ¿Tu pap
a hablé
ate las manos y desinfectaté a cada rato
ímo
a. Ya tengo
n a la
en! E
lla. El chico me estaba mirando, unos ojos brillantes,
té al ver qué
na está
. Ahor
rta. Luís seguí
ás a
inieron a
Buen prov
Te me vas con
No dejes que nadie te d
engo mi cuch
eí
es dales
a llamada d
con él en la mesa. Algunos de ellos estuvieron en la comida del día pa
dije. Algunos ya
que dijeron. Y se m
lato estaba servido, espagueti a la boloñesa. Di mí primer bocado. Seg
en el rostro
do el cuchillo en la cena del otro día. M
cia me moles
a un chico
e riendo-. ¿Te v
a intacto. Señalé
impo
en su plato. Le di vueltas y jale un trozo de
aban riendo. R
or qué la
ó Regino-. Deja de moles
e sorpresa tan
no es mi
rigió a mirar
culpó. Alzó la vista y comenzó-. Él es Carlos y Jenny su
n mirando y asintieron en forma
de que yo pudiera tener hermanos. Un gusto
ntes, tranquilos y demasiado bonitos. Junto a Manuel estaba sentado un joven, el joven que había
y Édgar! -