Adictos y Perversos.
delidad y como siempre, sus disculpas no borrarían e
se siente muy enamorada para aceptar que él solo está jugando con sus sentimientos y que lo que alg
e solo verse por primera vez en la recepción de la empresa que sintieron una conexión fuerte el uno por el otro. Su primera cita acabo en la cama de
se fue a bailar para olvidarse de todo y de una vez ser capaz
departamento de dos ambientes en Barracas. Al final, se fue sola a un antro en Puerto Madero y gracias a qué el de seguridad era ínti
unos treinta y tantos no dejaba de observarla mie
y aunque no lograba distinguir su rostr
u boca por su cuello y por sus no tan grandes senos, aun
ba a reaccionar a aquel deseo y como si hubiera complicidad del des
que su presencia le generaba a ese desconocido y por lo
u caminar realmente provocaría rizas a cualquie
orso. Una minifalda ajustada de color blanca que se subía un poco cuando meneaba sus caderas dejando a su vista u
n altas sandalias en color blanca y su
el hombre, intento ser lo suficientemente femeni
preguntar pero de su parte no recibe respuesta. - ¡Oye! ¡¿Te han comido la lengua los ratones?!- pregunta molesta y como él no le dice nada ella se pone de pie pero al querer retirarse trastabilla y cae sobre el desconocido haciendo que éste la tomé por la cintura atrayendo la hacía su c
orita? – le pregunta sin de
ura de el y su hombro. – ahhh, mañana tendré una resaca de aquellas. – pronuncia en confia
arios más poderosos en la industria del modelaje con un caudal de dinero de € 300.000.000. Si bien tenía su empresa en Italia, había arribado a Buenos Aires con la intención
vida con una mujer que no sólo se había convertido en alguien superficial, materialista y desagr
dar ella embarazada Santiago decidió, influenciado por su abuela y su madre, casarse con la joven y terminar
las grandes empresas, aparecer en los desfiles más importantes se convirtió al cabo de 3 años en una de
yeran lo contrario Beltrán le era fiel a su esposa, aunque ya no la quisiera, no le faltaba el respeto, pero esa no
resistirse a recortarle con sus ojos y posarse en sus glúteos, que deseaba abrir para enterrar su miembro en el. Sus pechos que, si bien no eran
te lo hacía tambaleándose de un lado al otro, pero así mismo no podía dejar d
s que golpearon con fuerza su miembro, que no se de
erdido en sus ojos claros y en la manera e
rio sobre el "supuesto encendedor" y aún as
teniendo su deseo de abrazar su cintura. – señorita. – ins
iel. – la vida es una porquería, mi vida es una basura. – ll
o perdonaba. Se cansó de que él le viera la cara de es
a quien disfrute en otros brazos, quién bese otro cuerpo, otra boca y Santiago estaba justamente allí, list
mbargo se le quedó viendo con sus cabellos alborotados, sus mejillas rojas sus ojos completamente dilatados, sus labios hinchados y su pecho que s
tomó con fuerza su cabez
undo para abrirla y darle paso a su lengua, la misma que se encontró con otra arre
pudiendo sentir entre sus dedos su torso muy marcado. No obstante, él tenía sus manos, abiertas, aferradas a su
. – le pide con sus ojos cerrados en tanto le respira en el rostro. – quiero que te hundas en mi
or un segundo si sucumbir a las inmensas ganas que acababa de motivarlo o bien detenerla porque después de to
. – le vuelve a
nta hacerla razonar, pero aun así ella sabe muy bie
Santiago no podía saber cuanto necesitaba ella tenerlo bajo su cuerpo, cuánto deseaba olvidarse de su patética vida al lado de un hombre
pero él niega – sí, estoy pasada de copas, pero sé bien lo que quiero y a ust
diendo. Beltrán era todo un caballero y si bien se dejó llevar por el instinto animal, hacía dos segu
imagen de hombre decente, pintar las apariencias era todo por lo que él hacía las cosas. Por eso fue fiel por años, por eso jamás se dejó llevar por el instinto sino h
detenerse, sin mirar atrás sin percatarse de que aquella desconocida l
en su celular, que le había avisado que un mensaje, de su hijo que, nuevamente insistía por viajar a Buenos Aires que quería ser par
cababa por darle dinero, porque esa era su única forma de tapar
adie en recepción, pero quizás había ocurrido algo con alguno
continuó sin percatarse
ascensor, y subió directamente por las escaleras, pero en cuanto ingresó por la puerta, el p
continuar la frase que
pararla y al empujarla sin querer la luz
tanto que se los ha mordido en las veces que los ha besado. Sus pezones resaltaban sobre la fina tela
us impulsos de tomarla, arrojarla en la cama, levant
or – cómo le excitaba que lo tratase con tanta formalidad,
le que se retire de su casa, pero Erika tenía bien en chacia la puerta, pero del lado de afuera para luego cerrársela
ón le agarró culpa, mucha culpa por dejar aquella mujer que siquiera sabía su nombre, com
brir la puerta y encontrarla sentada e
rrepentir. – dice en cu
. – le dice serio
– le pregunta con una
ue ella se abalanza sobre su cuerpo y lo va empujando para que
in contestarle a su pregunta. "¿Me va a alejar otra vez?" pregunta rosando sus labios y para su sorpre
pero sin despegar su boca y acomodándose encima
l top y tomó su seno para luego apretarlo entre sus dedos. - ¡ay! – su brusquedad le generó una aguda punzada en su entre pierna que no
solo pretendía sentirse la desgraciada a quien no le importa un demonio engañarla una y otra vez. Quería saber qué se siente ser un maldito cretino sin corazón que se acuesta con otro ho
ria, ya había caído rendido a su s
aborear su sangre una vez más. Se inclinó para rosar sus pezones con la boca y sentir en ella cómo cada vez se volvía
o miembro entrando y saliendo de su zona íntima, pero ador
nto mordió de nuevo su pe
anos la acariciaban por completo y s
ndo con sus pechos. – muy rica
oquito. – le pide empujando su cabeza hacia su punto más sensible, pero él se resiste porque
lla se muerde el labio, un gesto muy e
n mi vagina y hazme t
umple sus
sus piernas, acción que hace que su vestido se le su
ira su cuerpo. – voy a disfrutarte tanto