Arder en libertad
gún rastro de vida en la casa por si de pronto hacíamos algo inadecuado para mis padres en casa y nos llevábamos una ingr
aba durmi
dive
ilo, Tati riéndose
muerte. Reí a carcajadas ante su reacción junto a mi am
jaron caer a su lado, y de un rápido movimiento subió sobre mí, con las rodillas en el sofá y sus manos a la altura de mi cabeza sin tocarme ni un centímetro. Me provoc
manos en su pecho,
ué s
o miré. Y
poniéndom
o, y tuve que mirarlo para comprobar
probarlo. -Mascullé.
s dormir
lo arrojé encima, pro
ertido. -Antes el "Doctor Pierce" nos s
octor Pierce? -Le p
sí, señor
Me volteé dispuesta a irme. Lo oí reír a carcajadas y me fascinó como sonaba, me di cuenta de pronto qu
s de esta for
e siguió y me detuvo, sin embargo
a ella, pero cuando llegamos
do por mucho tiempo, pero su curiosidad la había mantenido cerca de la coc
stico comenzó a quemarse tanto que posiblemente haya hecho corto ci
ico de allí, arrojándolo a la basura mientras yo con un trapo esparcía el humo hacia los lado
ustedes terminaran de coquetear. -Lamentó, apenad
rienda. ¿Están de acuerdo? -Ambas asen
otcakes, tostadas y café. Se lo agradecimo
horrible noche que había tenido. Quitando su lado seductor y coqueto Harry parecía s
también por él, esa tarde hubiera estado en cama,
an y ya era muy tarde. Me dirigí hacia la sala donde solíamos comer para ir con Pierce. Sabía que él estaba con sus
iné mi cabeza, no que
bien que te rehúsas? -Inquirió él de pronto, to
í el
nversaciones que no le
ó una
-Confesó. -Pero comie
ordaz, cruzándome de brazos, p
eo que es algo más grave. No quiero meterme, nunca
una infidelidad puede pasar en una relación.
eí que me extraería la
tás
rfe
o que te duele ca
alabra que doy. ¿Nunca le f
aseguro que la que
boca y l
pensar que y
vamente. -¿Estás así por s
inimices
imbécil por no ver lo que eres, pero intento guardar para mi
anta se
as no
, lista p
noches,
.
staban ahí. Lou me saludó con la mano porque tenía comida en la boca.
mamá pasaron por mí. Llegamos
oncentrado tecleaba en su celular, no sé si me h
a Mamá. Ella tan solo se enco
en silencio por qué rayos me molestaba. Hasta
me lanzara una de sus miradas de desaprobación. Odia los ce
omento? -Lo emitió con pacie
ió la mirada hacia
l trabajo ya comencé a trabajar. -Lamentó,
su casa. En caso contrario se encargaría
a mirada,
ahí, su sonrisa y
alándome una pequeña sonrisa. Con una gall
ro aun así lo comprobé en mi celular. -
amó mamá. Harry
ordé y resoplé. Termi
recibido en su casa... -Harry abrazó
detuve a observarlo, y tal vez a despedirme. Aunque no dejaría de
on a mirarme, co
. -Les dije a la defensiva, ello
te lleve? -M
osible. -Estoy
o sus llaves en mano. ¡Era una propuest
despedí de mamá y ambos salimos encami
n nuestro camino ambos de
stúpida presionando con mis brazos mi cuerpo, intentando protegerme de frío. - ¿Segura quieres ir cam
l soltó una risa asintiendo
n palabras en la boca, lo entendí y me que
lor estaba tan fresco y tan crudo, ahí latiente dentro mío, que
haré más.
prome
ra confesar el disfrutar su presencia
o dud
, y esperó. Riendo avancé hacia él y extendí la mía logrando que se juntaran y sellaran un pacto, pero luego
profundizarse en mi pecho se intensificara tant
descansar, ya que la primera hora mí amiga la utilizó
as tantas filas larguísimas para que me dieran algún turno y así pudi
ió había pasado demasiado tiempo.
, entregándole mi documento. Ella comenzó a te
ueño papelito y
chicle. La miré horrorizada sin poder evitarlo, Tati en cambio esbozó una mueca de as
quierda, fui hasta ahí y me pidió el papel que me había dado la chica anterior. Terminamos el breve trámite en instantes, pagué p
trara a la puerta 28, que el
etamente nerviosa. Mis manos comenzaron a temb
acarició mis brazos. -¿Qué si me pregunta
un mechón de cabello tras mi oreja. -Pero mientras tanto debemos asegurarnos que todo se encuentra bien. -Reprimí unas nuevas y horrendas ganas de llorar. Me
e aire y caminé hasta la puerta
s de pasar sigilosa, t
ortadamente cuando la puer
instante en mi cabeza comenzó a sonar una alarma que me de
izada, quieta en mi lugar, tan solo
das. No a él. No quería mos
r de mi pecho, las palpitaciones eran