Un contrato para amarte (Casada con el CEO)
o, pero sentía que había pasado su punto habitual y bebía un poco más de lo que debería, ya que todavía iba a trabajar y ni siquier
de su teléfono. Trató de alcanzar el dispositivo al lado de la cama y suspiró enojado cuando escuchó que caía
ebida y suspiró por tercera vez. Solo podía ser una broma, nunca había visto a la hija del Sr. Bustamante
con su vida. Salió de allí y fue directamente al baño, se quedó bajo el agu
n medicamento para
isa de vestir azul marino. Cuando pensó en irse, escuchó sonar su teléfono. Se acercó al dispositivo en la part
con él. Tomó su teléfono en la mano y salió de la habitación, el timbre de la l
-res
o ese sonido por más tiempo. Bajó las e
bien?- le preg
ón de la medicina, arrugó las cejas cuando escuchó la pregunta de su padre. No era
uiera mirarlo. Se
glaré. -Escuchó la voz preocupada de su pa
cajas de medicamentos y colo
ices? -
dó silencio, se congeló. Juraba que su hijo sabía
o llamó con firmeza. - ¿Qué novedades? ¿Se filtró
vocó. Nunca dejó que un error de sus
ndió su padre y en ceirto modo lo tran
sa paciencia y el dolor en su ca
rodeos -
as el televisor y velo por ti
giró varias veces buscando el controlador del televisor y c
oz del reportero que hablaba sin parar resonaba en ese apartamento. Enfurecido apretó el teléfono en su mano y depositó todo su nerv
arios más influyentes en la industria automotor, s
saber cómo había terminado en los medios. Se llevó el te
unto al teléfono habló rápidamente-: Hijo, no
tamante acordaron decirle a los medios después de convencer a sus hijos de casars
, sintiendo la ira correr por las venas de su cuerp
respondió desesperadamente. - Íbamos a
ró hondo para no perder la razón. - Y
es necesario y lo
ficientemente adulto como para decidir qué ahcer
el televisor y lo apagó. Arrojó el objeto en el sofá y se despeinó con los dedos. Eso solo podía se