icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Las cenizas de mi madre, mi furia desatada

Las cenizas de mi madre, mi furia desatada

Autor: Gavin
icon

Capítulo 1 

Palabras:1757    |    Actualizado en: 11/12/2025

ándolo mi "educación" sobre cómo ser una verdadera mujer. Esta fue

su muerte. Luego, dejó que Jimena me golpeara tan brutalmente que perdí al b

la urna de mi madre frente a mí y le dio sus ce

s de mi madre fuero

mbre poderoso del que apenas sabía nada, el he

n jet privado para lleva

desechó, sino como la nueva directora general de

ítu

e vista

rmó mientras la voz de Daniel, cargada de desprecio, atr

no me lle

molestaba en suavi

lograba ahuyentar el frío que se había i

a soltó una risita, un sonido brilla

alo de Daniel en nuestro primer aniversario-, dibujaban patrones en su pe

í, ¿verdad?", r

cima del hombro desnudo de Daniel. Una sonrisa malvada jugaba en s

, de pie, obl

cida idea de "edu

r, a complacer a un hombre. Jimena, apenas

sido mi realidad. Y para colmo, en el fin de sem

y se acercó a mí contoneándo

Sofía? Te ves

or agudo, luego una sensación de ardor. Sus uñas eran largas

om

qué un billete de dos mil pesos. Mi mano te

por tu...

el dinero, entre

tiempo? Daniel me hace

an un brillo depredador. Me golpeó el brazo con má

ime

imenda. Se estaba poniendo su pijama de seda

ate b

él, frotándose la muñeca co

! Está tan ce

un brazo, besá

s que ella no entiende n

ría, desprovista de cualquier

res saben cómo apreciar lo

tes del cajón de su buró y l

Cómprate algo bo

irada triunfante antes de desaparecer en la habitación contigua. La puerta se cerró con un

u mamá hoy", dije, mi voz plana, sin emo

e una mano por su cabell

es un pozo sin fondo.

en la garganta. "Los doctores dicen que es su mejor op

e bu

si no puede salir adelante, no puede sali

ás, Jimena no pide que le pague. Está aquí porque quiere est

Valora mi compañía*. Las palabras

dije, mi voz ap

sma, Sofía. Y tal vez", se inclinó, su voz bajando a un susurro burlón, "hasta te dé una noche de bodas

e él. El dinero que le había dado a Jimena por su "tiempo" me qu

e mi madre resonó en mis oídos. La habitación del hospital era estéril, blanca, con olor a antiséptico y d

teléfono, con las lágrimas corriendo por m

gada de Jimena, seguida de la risa baja y posesiva de Daniel. Sabía que yo

sesperación en mis ojos, la forma en que mis hombros se hundían,

rró, su voz rasposa, apenas au

más tratamiento. Una sem

en mi memoria, una orden, una

rrugado que me había metido en la mano justo antes de cerrar

hermano d

ron el número. Tres timbres, lueg

las

i voz ahogada por lágrimas

Luego, un estallido de al

tú? ¡Ay, mi niña, ha pasado tanto ti

, una sola lág

.. bien

pación reemplazando la alegría bulliciosa. "Cuéntamelo todo. No, no me lo cuent

ecé, pero me

na, ella... ella siempre supo que estabas destin

rgada de una vieja

que sí,

la palabra una

rás a salvo. Y a

n eco lejano de una fami

livio me invadió. La decisión estaba to

cia atrás contra un pecho duro. Daniel. Su olor, una mezcla de loci

era, c

ntil, pero el agarre en mi cintura

ve marca roja, un chupetón, florecía justo debajo de s

", mentí, mi voz plana. "Sob

ersio

ento cálido co

as de las finanzas? Pensé que habí

, trazando la cu

mamente. Ni una lágrima, ni una súp

tándome sutilmente.

nsad

sus ojos pene

vuelto tan predecible. Tan absolutamente aburrida en la cama. Jime

bur

z solo lo

ago se c

murmuré, tratando de pasar a

echa en sus ojos, pero luego si

eres y sus

lta, dirigién

e esté aquí esperan

pesado, adolorido con un dolor que no tenía nada que ver con la menstruación, y todo que ver con el espacio hueco donde solía estar mi corazón. La noche se

Obtenga su bonus en la App

Abrir