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La muerte fingida, la libertad hallada

Capítulo 4 

Palabras:1226    |    Actualizado en: Hoy, a las 11:31

mesa de exploración, mi vientre hinchado expuesto, mientras el transductor del ultrasonido se deslizaba por mi piel. El suave si

lida, mientras señalaba la imagen parpadeante en la pantalla-. L

eclipsando momentáneamente la oscuri

izo una pausa, su

lo que me contaste. Pero... ¿estás absolutamente

Era la única manera, me había convencido. La única manera de desaparecer de verdad, de borrar la amenaza

azón fuerte y latiendo. ¿Cómo podría? ¿Cómo podría hacerle esto a él? ¿A

enas un susurro. La idea de perderlo, después de luchar tanto

rcón asinti

licadas se vuelven las cosas. La elección es tuya, pero es una elección profunda -me entregó un folleto co

o era interno, filtrándose en mis huesos. Mi mente era un torbellino de indecisión agonizante. Mi hijo. M

bajó, revelando el rostro impasible de Hernán. Se veía caro, impecablemente vestido, un marcado contrast

un gruñido bajo-. ¿Qu

he, su mano sujetando mi muñeca. Su agarre er

de alejarme. El dolor en mi m

nto de ganar ventaja? ¿Crees que simplemente te dejaré desaparecer con mi here

upcial, la forma en que te aseguraste de que no tuviera nada. No he olvidado a Ana Sofía Montero,

resa en sus ojos. Su agarre se afl

. ¿lo

El cumpleaños de Ana Sofía como contraseña, su condición cardíaca, tu gran plan de usarme como incubadora? Te salvé la vida,

rón, el impulso enviando

e que Ana Sofía me manipulara, enviándome fotos de ustedes juntos, exhibiendo mi anillo de b

ejillas. Sus ojos, generalmente tan serenos, ahora tenía

sviándose-. Nunca quise que te enterara

a complicación fue que no estaba tan ciega como pensabas. Te amab

mi vientre. Un calor feroz y

me-, es mío. No es tuyo para regalarlo.

on de par en par, un horror

des. Es mi hij

u apellido como una maldición-. Y no

rás, pero oí su llamada desesperada: "¡Elena! ¡Espera!". Se movió para seguirme, pero eché a correr, el dolor

rza. La decisión estaba tomada. Tendría a mi bebé. Lo criaría, lo

a a creer que podría encontrar una pizc

mandar por la custodia total del niño. Te está pintando como inestable, afirmando que intentaste inter

rable hijo por nacer. Hernán no ganaría. Cerré los ojos, imaginando el rostro frío y calculad

masiado poderoso, demasiado despiadado. No tenía ninguna ventaja, ningún recurso para

estaba rompiendo-. Háblame de 'La Red Clandestin

ncio fu

n camino peligros

que mi hijo nazca en esta guerra. No dejaré que sea un peón en el retorcido juego de Hernán.

luego la voz de Javier, res

cucha con atención. A

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