La muerte fingida, la libertad hallada
mesa de exploración, mi vientre hinchado expuesto, mientras el transductor del ultrasonido se deslizaba por mi piel. El suave si
lida, mientras señalaba la imagen parpadeante en la pantalla-. L
eclipsando momentáneamente la oscuri
izo una pausa, su
lo que me contaste. Pero... ¿estás absolutamente
Era la única manera, me había convencido. La única manera de desaparecer de verdad, de borrar la amenaza
azón fuerte y latiendo. ¿Cómo podría? ¿Cómo podría hacerle esto a él? ¿A
enas un susurro. La idea de perderlo, después de luchar tanto
rcón asinti
licadas se vuelven las cosas. La elección es tuya, pero es una elección profunda -me entregó un folleto co
o era interno, filtrándose en mis huesos. Mi mente era un torbellino de indecisión agonizante. Mi hijo. M
bajó, revelando el rostro impasible de Hernán. Se veía caro, impecablemente vestido, un marcado contrast
un gruñido bajo-. ¿Qu
he, su mano sujetando mi muñeca. Su agarre er
de alejarme. El dolor en mi m
nto de ganar ventaja? ¿Crees que simplemente te dejaré desaparecer con mi here
upcial, la forma en que te aseguraste de que no tuviera nada. No he olvidado a Ana Sofía Montero,
resa en sus ojos. Su agarre se afl
. ¿lo
El cumpleaños de Ana Sofía como contraseña, su condición cardíaca, tu gran plan de usarme como incubadora? Te salvé la vida,
rón, el impulso enviando
e que Ana Sofía me manipulara, enviándome fotos de ustedes juntos, exhibiendo mi anillo de b
ejillas. Sus ojos, generalmente tan serenos, ahora tenía
sviándose-. Nunca quise que te enterara
a complicación fue que no estaba tan ciega como pensabas. Te amab
mi vientre. Un calor feroz y
me-, es mío. No es tuyo para regalarlo.
on de par en par, un horror
des. Es mi hij
u apellido como una maldición-. Y no
rás, pero oí su llamada desesperada: "¡Elena! ¡Espera!". Se movió para seguirme, pero eché a correr, el dolor
rza. La decisión estaba tomada. Tendría a mi bebé. Lo criaría, lo
a a creer que podría encontrar una pizc
mandar por la custodia total del niño. Te está pintando como inestable, afirmando que intentaste inter
rable hijo por nacer. Hernán no ganaría. Cerré los ojos, imaginando el rostro frío y calculad
masiado poderoso, demasiado despiadado. No tenía ninguna ventaja, ningún recurso para
estaba rompiendo-. Háblame de 'La Red Clandestin
ncio fu
n camino peligros
que mi hijo nazca en esta guerra. No dejaré que sea un peón en el retorcido juego de Hernán.
luego la voz de Javier, res
cucha con atención. A