La muerte fingida, la libertad hallada
r una razón plausible para que desaparezcas. Algo que no pueda ser rastr
nudo frío en mi estómago, pero la resolución por mi hijo era un fuego ardiente.
puerta de mi apartamento. Mi corazón saltó a mi garganta. ¿Q
o de diseñador en tonos pastel, sosteniendo una enorme y ornamentada canasta de regalo repleta
í la p
, esta vez con
tan preocupado por ti, cariño. Me envió a ver cómo estabas -s
cos. La audacia. ¿Hernán la envió? ¿Para regod
dose ligeramente-. Solo quiero hablar. Sobre el
voz ahogada pero firme a
go, su tono cambió, perdien
de nosotros para siempre. Hernán está furioso
as -repliqué, una ola de náuseas inva
tes, un sonido ba
endes? Hernán y yo... estamos destinados a estar jun
siete años? -me burlé-. ¿De
no-. Amaba la idea de ti, la que le salvó la vida. Se sentía obli
asual de sus palabras, la forma en que se
rándose en su voz-. Bien. Eso hace las cosas mucho más fáciles. Firmarás
tó la res
alabras fueron un
pausa, dejando que la lástima hiciera efecto-. Pero Hernán quiere un heredero. Y te elig
veía como nada más que un animal de cría, y a mi hijo como su premio legítimo. Los múscul
as un sonido crudo y gutural-. E
de golpe, mis m
sa vacilando, reemplazada por
! ¿Qué
lo que esperaba. Mi mente era un borrón de rabia al rojo vivo. Vi cómo sus ojo
grité, mi voz ronca de furia-. ¿Q
trajes volando por el pasillo. Luego, con un rugido primario, agarré el gran pastel de color crema de la p
glaseado manchando su piel perfec
con tu pastel, maldita manipulado
opezó hacia atrás, limpiándose el glaseado de lo
a! ¡Hernán te destruirá por esto!
pecho agitándose-. ¡Intenta quitár
iendo de malicia, ya no disfraz
o haga, te hará pagar! -se dio la vuelta, su delicada figura sorprendentemente ágil mientras corría por
ome débil y temblorosa. Me deslicé por la puerta, colapsando en el suelo, llevando mis rodillas a m
n todas partes. Tenía un poder ilimitado, recursos ilimitados. Y ahora, realmente
Mi bebé inocente e indefenso. ¿Cómo podría protegerlo de gente tan desp
, presionando mi frente contra mis
una manera. Un acto final e irreversible que cortaría todos los lazos, que garantizaría la seguridad de mi hij
suelo. El rostro odioso de Ana Sofía brilló en mi mente. Los
muerte. Y tenía que