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La muerte fingida, la libertad hallada

Capítulo 5 

Palabras:1104    |    Actualizado en: Hoy, a las 11:31

r una razón plausible para que desaparezcas. Algo que no pueda ser rastr

nudo frío en mi estómago, pero la resolución por mi hijo era un fuego ardiente.

puerta de mi apartamento. Mi corazón saltó a mi garganta. ¿Q

o de diseñador en tonos pastel, sosteniendo una enorme y ornamentada canasta de regalo repleta

í la p

, esta vez con

tan preocupado por ti, cariño. Me envió a ver cómo estabas -s

cos. La audacia. ¿Hernán la envió? ¿Para regod

dose ligeramente-. Solo quiero hablar. Sobre el

voz ahogada pero firme a

go, su tono cambió, perdien

de nosotros para siempre. Hernán está furioso

as -repliqué, una ola de náuseas inva

tes, un sonido ba

endes? Hernán y yo... estamos destinados a estar jun

siete años? -me burlé-. ¿De

no-. Amaba la idea de ti, la que le salvó la vida. Se sentía obli

asual de sus palabras, la forma en que se

rándose en su voz-. Bien. Eso hace las cosas mucho más fáciles. Firmarás

tó la res

alabras fueron un

pausa, dejando que la lástima hiciera efecto-. Pero Hernán quiere un heredero. Y te elig

veía como nada más que un animal de cría, y a mi hijo como su premio legítimo. Los múscul

as un sonido crudo y gutural-. E

de golpe, mis m

sa vacilando, reemplazada por

! ¿Qué

lo que esperaba. Mi mente era un borrón de rabia al rojo vivo. Vi cómo sus ojo

grité, mi voz ronca de furia-. ¿Q

trajes volando por el pasillo. Luego, con un rugido primario, agarré el gran pastel de color crema de la p

glaseado manchando su piel perfec

con tu pastel, maldita manipulado

opezó hacia atrás, limpiándose el glaseado de lo

a! ¡Hernán te destruirá por esto!

pecho agitándose-. ¡Intenta quitár

iendo de malicia, ya no disfraz

o haga, te hará pagar! -se dio la vuelta, su delicada figura sorprendentemente ágil mientras corría por

ome débil y temblorosa. Me deslicé por la puerta, colapsando en el suelo, llevando mis rodillas a m

n todas partes. Tenía un poder ilimitado, recursos ilimitados. Y ahora, realmente

Mi bebé inocente e indefenso. ¿Cómo podría protegerlo de gente tan desp

, presionando mi frente contra mis

una manera. Un acto final e irreversible que cortaría todos los lazos, que garantizaría la seguridad de mi hij

suelo. El rostro odioso de Ana Sofía brilló en mi mente. Los

muerte. Y tenía que

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