Esperanza
ada y construida por la humanidad. Un interminable e intrincado laberinto de corredores y salas
torios, almacenes, talleres, huertos, salones de ocio, salas de cine, filmotecas, bibliotecas... Todas parecen estar colocadas sin ningún sentido y con accesos de lo más v
an sus posiciones. Quizá la intención de quien ideó el interior era evitar la rutina de los pasajeros, que sin duda se acabará haciendo patente en un viaje cuya duración est
de la nave te guía mediante un sistema lineal de luces parpadeantes desde tu posición hasta tu destino por el camino óptimo. Me sorprende comprobar que a pesar del aparente desorden con que parece trazada la distribución, todas las salas acaban hallándose a menos de diez minutos caminando. La guía incluye además un enorme list
e aparecen listadas aún n
geniz
tar mi compañ