El arte de fingir
no quería molestarte c
mo si hubiese sido verdad y era tan
tamente, a pesar de lo consternada que estaba por la velocidad de reacción que tuve para mentir. Cada vez me sorprendía más, cuán capaz era
ado, y con ello, todo el misterioso asunto del por qué
ía seguir indagando para evitar que me hablara de mi invasión a su derecho a la privacidad, las cosas se notaban
rnaba era el hecho de haberme sentido tan fogosa y sensible ante ambas situaciones que semanas atrás habrían sido un tremendo problema para mi, a la hora de e
abajar a la e
y me giro un tanto acelerada a respóndele mientras le pong
ajaré desde casa. No he dormido bien y no tengo mucho qu
nquilo mientras echa un vistazo a la prensa y ter
, y casi que sin ganas. Una mera formalidad de rutinaria vida de casados. Saca su auto del garaje y cuando voy a cerrar la puerta veo llegar a Lucy, la asistenta que
para ambas hoy n
solo evitar entrar a mi habitación. Estaré trabajando... le digo, y prefiero
los manuscritos en los que estoy trabajando, cuando mis planes cambian completamente a
ensaje que me ha llegado del desconocido que me mantuvo la noche despierta jugando a
lores tu cuerpo con la pasión que necesitas para liberar una gran cantidad de la hormona de la feli
marte y ojalá pienses
ndo día, este am
e de
n acto reflejo que me domina. Niego sin poder creerme lo que está aconteciendo e
piración no se me compasa y noto mis labios abiertos, ligeramente. Me late el centro de mi cuerpo y me pregunto cómo puede alguien tan l
to viscosidad entre mis piernas y entrando un pie a la ducha, bajo mi mano a mi entrepierna y recojo la prueba d
ganas de otras tantas que no quiero ni me
ar en unas manos resbalando por mi cuerpo. Labios besando mi piel y mordi
brientos de esas manos que no me dan tregua. Siento una lengua entre mis pliegue
y un dedo consigue resbalar d
prefiere ver como yo me masturbo y cuando vuelvo a abrir m
mi cuerpo y empiezo a enjuagarme rápido, deseos
ar pasando esto
ldi