Amor Y Prejuicio
isimular mi evidente molestia de tanto oír al viejo decir "mí esto, mí aquello" refiriéndose a sus bienes materiales,
rme de arriba a abajo, su mirada era difícil de descifrar, aunque honestamente yo intentaba no verle a los ojos, a
ba del sofá con elegancia y delicadeza al mismo tiempo que arreglaba su traje, debo admitir, que era todo un deleite verle moverse de forma tan refinada, nadie en esa casa le llegaba a l
de él, yo perjuraba que en cualquier momento se pondría de rodillas y empezaría a hacer con su boca lo propio que hacen los hombres de su tipo,
estrechaba la mano de Roger, de repente me alerté cuando lo ví acercarse hacía mí, yo por inercia alcé la mano, y
sombró, miré a los ojos azules de él, tan bellos, me sorprendió ver cómo me dedicaba una encantadora sonrisa, sonrisa que
o sonriendo tranquilamente, aunque me sorprendió sentir cómo me tomaba de la mejil
la, me sentía extraño, mi cara ardía, y más lo hacía tan solo de recordar lo sedosa que era su piel,
a obvio de quien se trataba, del infeliz que se serví
olo mirarte le causaría asco - exclamó él con aires de superioridad mientras yo seguía embobado mirando a la
, tú eres un lamebotas de primera, tal parece que papá te ha enseñado bien - escuché como él dejaba de lado su trago y
oger se apartó de mí y yo solo miré a otro lado, afortunadamente el sonrojo
mo me tomaba de los brazos y e
venga Robert te desaparezcas, n
de su agarre - ¡¡¿Primero me obligas a estar presente
infeliz!! ¡¡no dejabas de mirar a Robert, estoy segurísimo de que lo incomodaste!! ¡¡date cuenta que es importantísimo firmar es
y gay, solo porque no soy un maldito lame-botas como tú?!! - repliqué volteando a ver a Roger con odio absoluto, aunque me quedé helado al sentir una fuerte bofetada de parte del viejo, un jadeo salió de mi
ad, acéptalo!" yo no pude evitar reír al oírle, ¿qué sabía ese anciano de meirda sobre ser hombre? él era dueño de una fortuna que heredó, nunca trabajó ni se esforzó por nada en su vi
mar una almohada y golpearla con fuerza, odiaba tanto tener que soportar a ese viejo de mierda y a su inútil hijo, rogaba poder zafarme de ellos, tener una vid
sol para poder irme sin que nadie en esa casa me viera, solo l
o y algo impaciente, no pude evitar chasquear frustrado mi lengua, recordé
cía mí - ¡¡¿Porqué no me contestaste las llam
i mala suerte, la perra de mi hermana sabía detectar cuando algo me pasaba, ya sea que el viejo me golpeaba, o que había hecho el amor con a
- cuestionó llevando
aba un pesado suspiro. Ella me miró con pena p
marla del brazo y caminar juntos al interior de aquel edificio
le dije mientras soltaba un pesado s
imaginé. Lo siento mucho Ty - m
el viejo - murmuré cruzándome de brazos - En sí la reunión fue muy lenta y a
¿te miraba
como si estuviese examinandome - admití mientras mis mejillas ardía
le sutilmente, aunque he de admitir que sus palabras empeoraron el terr
en su "dichosas reuniones" ello me zafa de tener que ver a ese sujeto otra ve- hablaba mientras caminaba con Raquel por todo el edificio, aunque mi sangre se heló al ver
unque, aclarando mi mente, pensé "¿porqué quiero correr?" solo era un hombre común y corriente, un poco may
esa hermosa sonrisa que le caracterizaba, yo tra
e saludé sonriendo calma
favor, trátame de tú ¿de acuerdo? - insistió mientras tomaba mi mano y la estrecha
raba con picardía, esa asquerosa mirada suya, la conocía muy bien - Sí, ehh...
- dijo él desbordando elegancia, ser co
o haber asistido a la reunión de ayer, tuv
ntir más viejo de lo que ya soy de por sí - él soltó una suave y refrescante carcajada a la que Raq
or? - cuestioné mientras llevaba
a la hora en su reloj - Lo mejor será ir a verlo ya, su agenda y la mía tiende a ser muy apr
mí de ser extremadamente sociable, ella no tenía miedo de conversar abiertamente con alguien, y si hablamos de ligar, esa perra podía enamorar a quien quisiera, o mejor dicho, a quien le g
me con ternura, una ternura que hacía que mi pecho doliera, yo solo asentí tratando de que no s
e acentuaba, la forma en que me miraba, hasta la forma cómo me hablaba, me abrumaban cada vez más, no eran desagradables, pero por más que se me hiciera encantador, trataba de resistirm
ijo Raquel mientras se me acercaba y
tenía fija sobre él, ella soltó una risilla nasa
ante sus palabras, volteé a verla con enojo, mis mejillas lucían t
o lo he visto dos veces,
entes - miré a otro lado con molestia al oírle, aunque mi cuerpo se erizó ante las palabras de Raquel - Y solo te diré que si tú no te lo coges, me lo voy a coger yo - dicho esto, ella se apartó de mí y se fue rumbo a su aula de clases, yo me quedé viéndola con enojo y algo de nerviosismo, miré cómo la silueta de Robert se alejaba entre la multitud, mi pecho lat
i hermana, la frase "no te apures" resonaba en mi mente, realmente no quería jugar al mismo juego de Raquel de "me gustaste, te cogí", yo tenía más que perder que ella, siempre ha sido así, sin contar que,
llegar a casa y tomar una ducha sumamente larga, con un muy probable final feliz de eso que tanto me gustaban, lo que fuera co
estacionarse junto a mí, y al dueño del mismo sonreírme de forma encantadora, maldije para mis ad
tando de lucir calmado, pero calmado er
a casa? - me preguntó mientras suj
e no sonar grosero, pero realmente no quería ir con él, no quer
a pasar más - ante sus palabras, yo miré a los lados soltando un pesado sus
terrible caminata que debía d
ya maldición" replicaba en mi mente, aunque mi cuerpo solo reaccionaba al recuerdo de las palabras de Raquel, no estaba seguro si él realmente quería llevarme a la c
chila sobre mis piernas, me estaba sintiendo muy nervioso, rog
por la ventana cómo las hojas caían de los árboles con tranquilidad, la bri
me preguntó mientras miraba
, un mensaje de Raquel se reflejaba, me relajé al ver que no se trataba de la co
raba alrededor - Oye Taylor, ¿te ani
e reojo con asombro, el ar
ambién, luces cansado, te vendría bien algo de cafeína - afirmó sonriendo con tranquil
un silencio incómodo llenaba aquel auto, por lo que sin dudarlo em
oría por verle, es un viejo amigo al que no veo hace mucho
quedarías hasta agosto -
y prolongada, cerraré el trato con tu padre y me marcharé, aunque no te negaré que es una pena tener que irme tan
ando mis hombros sutilmente, Robert me miró de reojo algo confundido, y no
no entendí lo que
familia y eso, pero siento pena por ti, porque eso significa que tendrás que
el camino nuevamente - ¿Conoces alguna cafetería buena por aquí? - yo me quedé he
conmigo? - él frunció confund
mirada al oírle, el rubor empezó otra vez - Y siendo honestos, me gustaría conocerte un poco más, ¿qué dices? - más confundido no me podía sentir, esto tenía que ser un juego, realmente me abrumaba la idea