Un Ángel en alquiler
nta, fue eterno. Aunque cuanto más se acercaba el sábado, más nerv
no había visitado a su padre, sino porque necesitaba estar perfecta
vas a tener que buscar otra menera- exclamó mi
s del espejo cómo su querido sobrino salía
niversidad esta seman
ndo Kristal se enteró de mis bajas notas, casi m
debajo de sus ojos negros y sintió pena por él. Pero su hermana mayor te
hace porque quier
ijo con u
u bolso de lentejuelas plateadas y sacó los billetes qu
es
te más, pero esto debe ser suficien
ven abrazando a la rubia y
le digas a
a se abrió de golpe, apenas pudo esconder los bill
eleste? Recuerda que aún te falta
del vestuario no sin antes besar
tó confundida la joven, al ver
cansar un rato- protestó Celeste mientra
ean las vacaciones, mien
ristal podía ser igual de c
que preguntarte yo qué ocurrió ayer? ¿Acaso no v
ida- Thomas de Anc
como alguie
Dany casi
ero sabes como se pone
eservó un privado
?- preguntó
o verme perfecta, necesito que
iga
s acomodaba su cabello a los co
enamorando ot
dices
rara a los ojos- Celeste, te quiero, pero a veces eres algo ingenua. Un hombre te presta solo un poco de
molestia- No es amor, son solo negocios.- Sent
Cele- dijo Kristal de
a dejar de frotarse las manos sud
jo Kristel asomán
lgo largo negro, muy guapo...
mos de siempre cariño, lo
da. La música comenzó,
maravillosamente, dejándose llevar por la melodía. Pero no podía e
ilusionada, sintiendo como su corazón
vio. La puerta del bar se abrió, iluminando al joven que se veía ag
corazón latir con fuerza cuando aquel joven l
n su palabra, no
que solo mantenía su mirada en él. La vio bailar como nunca, como una blanca paloma en el cielo estr
quitado la mirada a la rubia desde que había salido a escena y cuando entró Thomas confirmó lo que Bruno le ha
e que había visto a Thomas entrar al bar, trató de esconderse de él.
Thomas babearse por esa bailarina ordinaria
omó todo el contenido de la b
apagaron y los aplausos invadieron el lugar, se apresuró a bajarse del
erior, lo tomó de su muñeca y lo jaló a traves de la
u primera vez con su novia. Nunca había sido alguien arriesgado, por eso en ese momento
te cerró la puerta detrás de sí, se apoyó
ént
e de atrás de sus rodillas golpearon con el sillón. Cayó en seco y se aferró a
e subió al pequeño escenario, d
ás y se acercó hacia Celeste, estuvo a punto de hacer lo mismo que el anterior encuentro fallid
gracia, subiendo hacia l
n una sonrisa divertida- Nada de
io con impotencia, ese
esesperado, pero no pudo evitarlo- Puedo pagarte lo qu