Un Ángel en alquiler
abes dónde
omaban desprevenida, lo bueno es que estaba aprendiendo a ocultar su ner
o mientras limpiaba el borde de un vaso de cr
anny se dio media vue
s?- preguntó
i necesi
a mlestaran, que
rostro, haciendo suspirar a Kristal. -Danny... Déjala respi
ro por primera vez recapacitó, recordando
me avisas- le ordenó
Kristal pudo vo
tes de salir. Sin embargo, cuando llegaron al restaurante do
un buzo color gris de tiras ajustables en el cuello y un gran bolsillo tipo canguro
l buzo y por un momento estuvo a punto de ponerse la c
y algunos hombres la observaron de
el lugar. Se sentía sapo de otro pozo. El patito feo rodeado
rvación?- dijo un hombre de traj
os murmullos y las sonrisas comenzaron a escucharse de fondo. Celeste notó con una
era una dama de compañía, una que estaba
lado de un gran ventanal donde se po
sintió bien, calentando aún más sus mejillas. Luego, el joven se sentó a su frente
ntó Thomas, notando la
que no vamos a otro lugar?
ho má
¿Normal?- d
azabache, sin entend
ia ropa- Simplemente no encajo con la de
iradas del público indeseado que fingieron mirar hacia otro lado
de su buzo que la hacía ver aún más diminuta de lo que era. En ningun momento había pensado en que esta
revía a decir alg
n su pecho al ver a su ángel
que su lengua larga había arruinado todo. Que su cliente se iría de allí
nía derecho a opinar si él e
arró de la manga grande y larga d
? ¿A dón
de este
mirada sorpresiva de los comenzales que exclamaron
nunca. La brisa fría de la noche golpeó su rostro y sus cabellos rubios volaron en el viento.
orrió y corrió sintiéndose vivo, hasta que sus pulmones comenzaron a arder y se detuvo de golpe. Sintió
a joven, alejándose de
uchacha, ambos respiraron a
e pudo decir la joven, cu
olo quería i
ivertida.- Entonces
restaurante se lo había buscado su secretaria, porque hacía poco que se había in
eras- dijo avergonzad
pagado por la noche. Pero por primera vez en su vida tomó valor
le menos concurrida frente a un camión de comida iluminado con
elante del puesto- Sé que no es tu estilo
o si fuera mucho para algo así. Pero la verdad era que muy en lo profundo de su ser estaba cansado de las microcomidas que salían
uesas completas de la promo
rden, s
lletera, cuando la mano de su cli
que yo
no
, yo te
letera, internamente aliviada
dijo nada ante el precio ta
s con una gran porción de papas fritas para cada uno, se sorprend
taron en unas sillas de plástico con
a joven, con sus ojos celes
s bocados de la hamburguesa. Estaba fascinado, cualquier otra mujer tomaría bocados pequeños y hasta se taparía la boca m
er?- dijo con
sintiendo el aderezo deslizarse por sus manos, y observó la mira
tar abrir grandes los ojos y dar un segundo bocado sin terminar el primero mientras sus ojos se llenaban de hume
oca llena y conmovido- Uh... lo siento- se
s también rió y ambos continuaron su cena en si
que se sentía junto a la joven, no quería que esa noche se terminara nunca, per
vantó de su asiento, ante la mirada curiosa y llena de ketchup de la joven y se sacó su abrigo de
iendo estragos en el azabache. Sin poder resistirlo, acercó su pulgar a la comisura del labio
al contacto de la piel blanquecina de la rubia y pensó
vergonzado-Emmm- carraspeó el joven- Será mejor que nos vayamos,
er por el contacto de esa mano ajena en sus labios que ah
on el abrigo mientras seguía por detrás al h
a esquina y esperó la
l abrigo- dijo en un hilo de
ención de un taxi, abrió la puerta trasera y se
ndo ambos estaban dentro del
uerta del bar estaría bien. Pero una parte de ella le gritó que no sea idiota, que quizás nunca podrían tene
ó la dirección al
que hablaban hasta por los codos. No es que hablara con los clientes, su trabajo era bailar y mostrar su cuerpo,
erfecto perfil de su cliente, que no había dejado d
rotas, Celeste supo que Thomas nunca había pisado esos lares de la ciudad, donde la ge
aba su
el paisaje sombrío para contemplar la belleza que tenía a su lado- Esperaba aparecieras co
cuando no vio diversión
o- dijo d
preguntó co
refiero no
rque
eso, si no te molesta.-
de que estaba siendo una metiche y que no le
apenada, temiendo ha
mierda al ver la mir
mente
que el taxi se detuvo de golpe
mientras la rubia se adel
ándose a seguir a la joven por det
la entrada de su viejo edif
de pequeños departamentos y muy deteriorado, con un color
rada- supongo que adios, gracias por l
, no le gustaba para nada la zona y menos lo tarde que era, que
detrás de ella. Tendría que haberse negado, pero una pizca de
acostumbrada a hacerlo todos los días- Lo si
el joven, observando las personas que
s?- preguntó la jo
cómo su ángel podía vivir sola en un lugar así, proba
vida, es hermoso, si lo sabes aprecia
con la cabeza
igual a todas las demás. -Bien, es aquí- di
mente todos sus billetes que tenía reservados para su áng
asta que cierres la pue
, una pregunta le estaba quemando la lengua. No quería
eres