icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La venganza de un científico: Nueva vida

Capítulo 2 

Palabras:1635    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:17

Elara

ortadas de repente. El dolor, una agonía cegadora y omnipotente, me

la os

rescentes de una habitación de hospital zumbaban sob

ró apresuradamente. -Doctora Valdé

ca, en carne viva. Un dolor sordo irradiab

dés. Perdió el conocimiento en la gala. La hemos estado monitoreando de

do, frío y agudo, atrav

da se suavizó. -Doctora Valdés, esta

preté los ojos, una ola de náuseas me invad

, su voz suave-. Hicimos todo lo que pudim

pontáneo. El hijo que ni siquiera sabía que tenía se había ido. El mundo se

era me miró con preocupación-. ¿Quiere

l hombre que me empujó, que desestimó mi dolor como teatro, que me

diendo la cabeza viole

stá bien. Solo intente descansar. Ha pa

repasaba los últimos días, fragmentos de nuestra vi

ado a la grandeza. Yo era solo una estudiante de ciencias con ojos br

siempre te protegeré". Me había susurrado esas palabras el día de nue

ispas. Él había entrado corriendo, sacándome de las llamas él mismo, un héroe

silenciosamente mis deudas, asegurado mi futuro, todo sin que yo lo supiera hasta mucho de

el gran salón. "Prometo amarte, cuidarte, cons

rtido? Mi corazón, ya destrozado, se astilló aún más. El hombre que amaba,

olorosos recuerdos. La puerta se

fecto estaba desordenado, su traje arrugado. Ca

raña mezcla de preocupación y algo más que n

s ojos ardiendo. ¿Cóm

-. La Doctora Valdés acaba de sufrir una pérdida muy traumática. Un aborto espo

a mí, un destello de algo parecido a la culpa en sus ojos.

stro se endureció al instante. -Maldita sea -murmuró-. B

-grité, una súplica cruda y desesperada saliendo de mi ga

ciente. -Elara, te lo dije, deja el drama. Brend

go, s

ientras yo yacía aquí, sangra

elizó. El mundo

iluminada. Mi cabeza palpitaba. El dolor en mi abdomen era ahor

a mi cama. Juntó las manos, su expresión grave. -

atió con fue

ausa, su mirada encontrándose con la mía-. Tiene hematomas internos significativos. Especialme

jándome. El empujón. No fue solo una discusión.

a doctora, su voz clínica, objetiva-. Uno fuerte. Suficiente para d

e tambaleó. ¿Brenda hab

o he visto suficiente. Necesitas cuidarte. Y necesitas considerar s

mi conmoción. Me había manipulado. Me había hecho gaslighting. M

r. Esto ya no era solo tristeza. Era furia. Era un

su temblor. -Doctora -dije-, necesito hacer

ría. No lo d

La mirada de la doctora era de complicidad. -Cuídate, Elara

do mis signos vitales, apareció un Damián diferente. Estaba impecablemente vestido, un ramo

tanto, tanto. Debería haber estado aquí. Realmente lamen

mirada inquebrant

que metí la pata. Pero Brenda... estaba e

iópata manipuladora, Damián! Y tú eres su protector. ¡La

pensando con claridad. Toda esta situación, con el premio, tu

stro bebé! ¡Porque me empujaste! ¡Porque te importó más su ataque de pánico fabricad

ste al bebé porque estás estresada, no por nada que yo haya hecho. ¡No te atrevas a culparme por esto! -Su voz estaba lle

elo. Estaba más allá de la re

poderó de mí. No valía mis lágrimas. No valía mi ira. Simplemente... se ha

ma en que solía mirarme, como si yo tuviera las estrellas en mis ojos. La forma en que

sonó en mi mente, crudo e innegable.

. Tenía que ter

ila, firme. -Damián -di

te construida resquebrajándose. -Elara

mirada de frente-. No es

ano buscando la mía. Retrocedí como si me hubi

o enojado. -¿Qué es esto, E

sé mis contactos. Sabía a quién llamar. Kenan Osorio. Un hombre que siempre

su número, un suave go

Obtenga su bonus en la App

Abrir