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La venganza de un científico: Nueva vida

Capítulo 6 

Palabras:1607    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:17

Elara

enda se tensaba. No dijo nada más, simplemente la levantó en sus brazos y

sus ojos. -Elara -comenzó, su voz sorprendentemente suave-, y

amián y yo el día de nuestra boda, riendo, llenos de esperanza. La levanté, mis dedos trazando su rostro sonriente

bró con una notificación. Un mensaj

loroso. Brenda. Y Damián. En una habitación de hotel. Riendo. Besándose. Su mano aca

aslighting, la manipulación, la constante defensa de ella. Todo era un juego retorcido. No me amaba. La amaba a el

r la mujer ingenua que una vez fui, la que creyó en sus mentiras, la que se aferró a un

a mansión que una vez fue nuestro sueño. Ahora, se sentía como una jaula dorada. Me quité

la de después. Estaba con Brenda, sin duda, jug

o, tirando cosas, exigiendo acceso a todos los prototipos. Dice que Damián le dio el control total. Hoy destruyó accidental

ranquila-. Solo asegura todo lo q

a con la investigación? ¿Y ust

ía. Solo... agua

riunfante en su rostro, un ramo de rosas rojas llamativas en su mano. No se había molestado e

nda se siente mucho mejor. ¡Y ha hecho un progreso increíble en la investigación! Necesita presentar

robó a mi hermana muerta? ¿La investigación que destruyó cuando borró mis servido

reció. Me agarró del brazo, su agarre una vez más magullador. -Elara, no seas infantil. E

n berrinche, Damián! ¡Estás dejando que tu amante destruya tod

ación, sus ojos enrojecidos, su rostro contorsionado en una másc

lamentó, agarrando mis piernas-. ¡Por favor, n

ado de Brenda, levantándola y acunándola. -¡Brenda, mi amor! ¿

o de una joven, parcialmente desvestida, claramente angustiada. -¡Está amenazando a mi hermana,

sus ojos ardiendo con una furia fría y aterradora.

ción de premonición. -¿Hacer qué, Damián? ¿Fabricar algunas fotos escan

sponde la pregunta, Elara! ¿Am

. Realmente le creía. A ella

me rebajaría a un nivel tan bajo y patético? ¿Usar a la familia de a

ara de sospecha. -Ya no sé qué pensar

e me casé nunca creería las mentiras de esta mujer vil por encima de mí. El hombre con el que me casé nunca protegería a u

gimió. -¡Está diciendo cosas horrib

abó, Elara. Has cruzado una línea. Voy a hacer que te arrepientas de esto. -Apretó

a esa mirada. Esa era la mirada de un hombre que esta

egunté, mi voz temblan

ser humillada. Ser expuesta. Ser vista como nada más que una mujer desesperada y

ridad dieron un paso adelante de

No! ¡Damián, qué está

Luché, pero su agarre era como el hierro. Me arrastra

rípodes, colocando cámaras profes

é, mi voz cruda-. ¡Eres un mald

, mis súplicas cayendo en oídos sordos. Brenda, todav

estaban en su lugar, las luces deslumbrándome. El pánico se apoderó de mí. Me agité,

l. Ahora estaba allí, observando. Brenda se asomó por encima

hagan! -grité, las lágrim

nía, pero fue inútil. Eran demasiados, demasiado fuertes. Uno de ellos me golpeó en el

ullado y expuesto. Los flashes de las cámaras come

Esto era peor que el dolor físico, peor que el ab

su mano buscando su cinturón, sus o

to no.

eración sin adulterar, me recorrió. Mo

la pared, una astilla desesperada de esperanza. Me arrastré hacia ella, i

fuerte, impulsada por la pura voluntad de sobrevivir. Golpeé mi cuerpo cont

caía en picado, una imagen final se grabó en mi mente: Damián, sosteniendo a Bren

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