icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La esposa que intentó borrar

Capítulo 3 

Palabras:1696    |    Actualizado en: 03/12/2025

de A

ez un símbolo de refugio, ahora se sentía como la entrada a una tumba. Saqué el boleto a San Miguel de Allende, su superficie lisa una

iliar en las últimas semanas que había descartado como estrés. Tropecé hacia el baño, vomitando en el inodoro. Cuando el esp

lia Figueroa, estaba impreso en la parte superior. Y luego, una fecha. Semanas atrás. Antes de la gal

sabía. Lo había sabido todo el tiempo. Me lo había ocultado. El hombre que me había mostrado tanta crueldad, el h

o único tangible que quedaba de los restos de mi vida. La única persona que realmente sería d

un nuevo propósito. Las náuseas regresaron, pero esta vez,

ó la respiración. Su rostro era ilegible, una ex

z más suave de lo que

provista de emoción. Sostuve el ultras

ligeramente, luego su

abios. «Mientras desfilabas con tu amante, mientras me humillabas,

a. «Adelia, estaba tratando de protegerte. Hay mucho estrés en este momento. La

s de mi compostura desmoronándose. «¡Esto no son

escúchame. Necesitamos ser racionales sobre esto». Hizo

mis pulmones. «¿Qué?», susurré, tem

lofriantemente tranquila. «Nece

», chillé, agarrándome el estómago. «

nuevo concepto. Una instalación sobre la 'nueva vida'. Quiere usar... el feto. Dice que eres su 'musa d

nuestro hijo. Nuestro hijo no nacido. Como arte. Para su ama

endo por mi rostro. «¿Quieres matar a nuestro bebé para

as estén menos caóticas. Ahora, deja de ser difícil. Mis hombres están esperando». Hizo una

ián, por favor! ¡No hagas esto! ¡No le hagas daño a nuestro bebé!», supliqué, mi voz

e hacia la puerta. Luché, pateé, grité. «¡Por favor! ¡Mi bebé! ¡Nuestro bebé! ¡Damián, recue

por el bien de todos, Adelia. Para

de nuevo. El olor estéril, la fría eficiencia clínica. Estaba en una camilla, atada. Luz blanca. Instrumentos. Manos

bló. Recordé la mano de Damián en mi estómago, meses atrás, susurrando sobre una gua

n vacío hueco. Se había ido. Mi bebé. Mi única esp

ión me golpeó como un golpe físico. El niño se había ido. Mi cuerpo se sentía como un fantasma, un recipiente hu

ni familia. Me levanté, mis movimientos lentos, deliberados. Aga

la puerta. Que se lo quede. Ya no significaba nada para mí. T

guiando mi mano. El titular ardía en la pantalla: «La controvertida instalación 'Nueva Vida

n. Para el «arte». Una ola de agonía pura y sin adulterar me invadió. Quería gritar, enfurecerme, romper la pantalla. Pero n

con trajes negros. La sangre se me heló. Esto no podía estar pasando. No otra vez

uri

a. El aire estaba cargado con el olor a desinfectante barato. Un solo foco me apuntaba, hacié

esprovista de emoción. «

era fuerte. «¡Asesinaste a nuestro hijo, Damiá

ncluso su familia se está distanciando. Necesitamos control de daños. Vas a salir en televisión en vivo. Vas a decirles qu

Quieres que diga que nuestro bebé nació muerto

mo si eso lo explicara todo. «Y nuestr

e furia. «¡Eres un asesino, Damián

cooperas... esa casa hogar que tanto amas, ¿la que siempre finges que te importa? Sería una pena

sus ojos, fríos y calculadores, me dijeron que lo haría.

taba rota. «Por favor...

», preguntó, un brillo

ndo. «Sí», solté entrecortadamente. «Lo

a. Me senté, mi rostro una máscara de dolor y compostura forzada, recitando las mentiras que Damián me h

psicópata!». «¡Usando a su bebé muerto para la fama!». «¡Asqueroso! ¡Merece pudri

e hizo tambalear. Me sentí débil. «Necesi

mente detrás de mí, me puso una mano en el

orcé una risa amarga y sin humor. Por supuesto que sí. Él si

Obtenga su bonus en la App

Abrir